jueves, 19 de enero de 2012

Muchas cosas en poco tiempo...

Hace ya más de 10 días que no escribo nada. No es por falta de temas que tratar, ni por escasez de tiempo, (que ha sido aprovechado en leer, hablar, retocar fotos y hacer powers) sino más que nada por vagancia, por reposar todo lo que va flotando en mi cabeza y el barbecho hace que lo vea de mejor manera.
En estos días he tenido más de una novedad en mi vida.
Algunas muy agradables, como el fin de semana que he podido disfrutar en mi solitaria casa, donde casi termino cometiendo un asesinato, canino, eso si. En esos días pude comprobar la fuerza de las miradas, que no hace falta ser temeroso ante todo lo desconocido, que a veces merece la pena arriesgarse, y que determinadas preguntas son más que innecesarias.
Otras, por el contrario, no han sido tan positivas.
Quien me conoce habla de mi fuerza ante determinadas adversidades, pero también se de mi flaqueza, que normalmente es momentánea, ante algunas piedras que van interponiéndose en mi camino. No hablo de otra cosa que de mi maltrecho hombro derecho, aquel que más que alegrías me está dando demasiados dolores de cabeza.
El lunes fui al hospital a la revisión con mi médico rehabilitador, quien parecía, y perdón, que necesitaba que le hicieran llegar al éxtasis en breve y cuanto antes. Qué forma de desmoralizar, que pesimismo, que altivez... de verdad, que mira que no soy de criticar a los médicos, pero éste está escalando hacia el top ten de mis peores asistencias médicas, y mirad que hay (aunque eso sí que merece otro post). Me dijo que había mejorado poco, y que dudaba que mejorase mucho más, y que prácticamente imposible veía que me quedase totalmente bien, bueno ni en el 80% de movilidad.
Creo que ni cuando me dijeron que me habían encontrado un tumor en el húmero me encontré tan mal. Me dio un buen bajón, lo veía todo más que negro. El hecho de que te digan que la movilidad de tu brazo derecho se quedará, como mucho, en la posición de cantar el "cara el sol", es algo que toca la moral sobremanera. Tengo 30 años, no 80, y si una persona de 80 necesita su brazo "bueno", yo más.
Menos mal que pese a estar sola en casa, tenía amigos, aunque todos lejos, pero que gracias a las nuevas tecnologías están cerca, y me ayudaron a subir un poco el ánimo, y volverme a levantar, a sonreír, y a decir... no se si llegaré al 100%, pero al 80% seguro!... "Por mis cojones, por mis santos cojones, Paco!" (gracias...)
Así que el bajón duró más bien poco, cosa de un día, para quitarme ese pesimismo infundado, y volver a ver las cosas, como desde que empecé con todo esto, de una manera positiva.


También en estos días ha cumplido años una persona muyyy especial para mi. Un chico maravilloso, atento, cariñoso, estudioso, deportista, guapo, simpático, agradable, sociable, interesante, y millones de adjetivos calificativos tan buenos y reales como estos.
Mi hermano ha cumplido 20 años, y ese día recordé cuando los cumplí yo, y el tenía 9 añitos.
Como pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando el comentaba muy serio que no comía gusanitos porque tenía "contenedor" y cantaba a pleno pulmón donde fuera " Voy a salir a caminar solito, a sentarme en un parque a fumarme un porrito"... que gracia. Y han pasado ya 11 años!
Y aunque todos cambiamos, ya lo dijo Heráclito de Éfeso " nunca verás pasar el mismo río dos veces", la esencia de cada persona permanece, aunque el exterior mute, aunque las experiencias nos vayan marcando el camino, nos hagan más fuertes, nos forjen... siempre viene bien transportarse al niño que eras y ya no eres, pero que está dentro de ti...
Yo sigo siendo una niña, en muchísimos aspectos, pero es que quiero seguir siéndolo, aunque vaya madurando, aunque siga creciendo como persona, ese "yo" seguirá existiendo dentro de mi.
Un consejo "Mico"... nunca pierdas esa esencia, es lo que nos diferencia del resto de las personas "normales" (por no decir, directamente, que es una de las cosas que nos hace ser especiales).



domingo, 8 de enero de 2012

Si 15 años después...

Aquí va suecias... por vosotras!!!!!

Hace un par de años se puso de moda quedar con los compañeros del colegio para cenar. La verdad es que yo pensaba que a mi no me iba a llegar esa grata experiencia, pero como con muchas otras cosas, en esta también me equivoqué
Hace un año se pusieron en contacto conmigo a través de ese grandioso medio de interacción que es el famoso facebook unas compañeras del cole. La verdad es que las dos primeras personas que me agregaron y me comentaron algo me hizo ilusión volver a hablar con ellas.
Un mes de preparatorios, que si elegir el lugar, que si la fecha, que si el menú... imaginaos lo que es poner de acuerdo a un buen numero de gente, y ello sumadle el hecho de que lleváis sin hablar más de 15 años, en resumidas cuentas... Un caos.
Creo que sólo un par de personas por clase tienen el don de convocatoria, o porque nunca se han llevado mal con nadie, o porque sus personalidades las hacen afines a una gran mayoría, o por sus formas de ser afables y cariñosas, no se el porqué es así, pero el hecho es que en mi clase sólo había una persona capaz de hacerlo, y lo logró. Consiguió que unas 22 personas que en su momento compartieron unos 10 años de sus vidas, pero que actualmente son completos desconocidos, se reuniesen. Fue ella la que logró poner orden en ese caos de ideas, y a día de hoy, y creo que siempre, se lo agradeceré.
Me acuerdo de esa noche... los nervios a la hora de vestirme, pensando qué personas acudirían, cómo les habría tratado la vida, y si habría armonía entre todos.
Cuando llegué al Restaurante (por cierto la comida de una calidad pésima ), solamente había una persona allí, que además no vive lejos de mi, pero no lo veo nunca... Y aun pasados los años, seguía siendo una de las personas con la sonrisa más sincera que he conocido, y eso hizo que los dos empezáramos a conversar con un par de rubias entre las manos y que nuestros primeros nervios se marcharan por la puerta.
Al cabo de un rato, es decir, dos cañas más, empezó a aparecer gente. Algunos mostraban más efusividad que otros a la hora de saludar, se notaba que estábamos nerviosos ante la incertidumbre de lo que nos depararía aquella cena, pero en esos momentos, aparecía el chascarrilo de aquel que en clase provocaba la carcajada general, y que aun hoy logra producir el mismo efecto, y hacía que todo se fuera relajando.
No hubo problemas, por mi parte, en reconocer a todos mis ex-compañeros, salvo con uno, que si la vida da vueltas, a este se las han dado pero en estirones y ejercicio. Y pensar que yo estaba loquita por él en el cole, bajito, redondito, con cara de bonachón... El niño que a mi me gustaba se lo había comido con patatas el hombre que tenía ante mi, y casualidades de la vida nos sentamos enfrente el uno del otro para cenar.
Conforme la gente aparecía, ya esperabas con ansias saber quien faltaría más por venir y quien no iba a aparecer. Hubo gente que entendí que no viniese, y otra mucha que me hubiera apetecido mucho ver, pero que por una u otra razón decidieron rehusar la invitación.
Entre todos sólo había un par de personas que sabía de ellas, de sus vidas... pero el resto fue un... vamos a ponernos al día... y que bajón! La mayoría están casados, algunos con más de un niño, y otros que estaban a punto de lo primero o de lo segundo. Vamos, que salvo dos o tres, los demás parecían padres y madres, amas de casa y esclavos de sus trabajos, aquello que cuando tienes 14 años juras y perjuras que nunca lo serás, pues en esos mismo se habían convertidos casi todos.
Cuando te juntas con tanta gente, y más si hace tanto tiempo que no tienes relación, terminas haciendo piña con los que, por diversos motivos (soltería, sin niños, etc...), tienes más afinidad. Y eso me pasó a mi.
Al cabo de un rato, ya estábamos 5 chicas a un lado de la mesa charlando de nuestras cosas, hablando de lo que había pasado en nuestras vidas tras tanto tiempo sin vernos, comentando situaciones que estábamos viviendo en ese preciso instante, etc...
Nosotras hicimos un subgrupo, lo reconozco, pero... por él que a día de hoy tengo un grandísimo motivo por el que gritar GRACIAS!!!
Desde esa cena he encontrado un grupo de amigas, que empezó con 5, después pasamos a ser 4, pero los estudios son los estudios, los exámenes una putada pero son con lo que te califican lo que has estudiado, y ellos hacen que muchas veces seamos 3, con las que puedo quedar, salir, hablar... y sí, por supuesto, beber!
Quedamos como mínimo cada mes... aunque hay meses que por diversos motivos no hemos podido vernos, pero al siguiente mes repetimos, o ya hacemos nosotras por estar en contacto, que para ello el "caralibro" viene estupendamente.
Cuando conseguimos ponernos de acuerdo en un día para vernos y lo dices en casa, tu madre ya te mira diciendo "vamos, que hasta las 7 no apareces, no?" jajajajajajaa... pero esto ya no sólo lo dice mi madre, es que lo dice cada una de nuestras madres, sólo con mentar que has quedado con las del colegio, ya sabes que te van a decir.
Somos diferentes, cada una tomó un rumbo muy dispar desde que salimos del colegio, hemos vivido experiencias distintas, estado en diversos lugares, nos hemos relacionado con gente muy heterogénea... Hemos crecido, hemos madurado, hemos cambiado, cierto, pero seguimos teniendo dentro de cada una de nosotras la misma esencia que teníamos 15 años atrás.
Y aun siendo diferentes nos entendemos, a veces yo me pierdo con determinados grupos de música, o ellas se pierden cuando yo nombro alguna cosa... pero se explica, nos reímos, incluso se hace si se puede, y sin problemas.
Si tenemos que disfrazarnos de zombies, nos disfrazamos mejor que nadie y disfrutamos como enanas, si nos apetece pintarnos los morros de rojo pasión, se pintan y nos hacemos una sesión fotográfica que le quita el hipo a más de uno, y si un día nos da el venazo y nos nace subirnos al seminario a las 6 de la mañana para fumarnos un cigarro tranquilito, subimos y punto, o nos sentamos en una terraza y empezamos a ver desfile de modelos a cual de todos mas hortera, y mi discreción hace que terminemos riéndonos, o si entre una y otra, terminamos hablando en suecio con un grupo de música, mientras otro saca un diccionario de inglés con dibujitos...
No me puedo quedar con un sólo momento de nuestras quedadas, ni con un sólo día, ni con una sola risa ... porque es un conjunto de todas estas pequeñas cosas las que hacen que esté deseando que llegue el siguiente día en el que podamos quedar.


lunes, 2 de enero de 2012

Cambiar el filtro

Año nuevo, vida nueva... Esto de verdad alguien se lo cree?
Hemos empezado hace nada un nuevo año, hemos cambiando un año pésimo, por lo menos para mi, por otro que seguramente no va a ser mil veces mejor, aunque yo me conformaría con que mejorase un poco respecto del pasado.
Se que no me tengo que quejar tanto, que visto lo visto, todo puede ser mucho peor de lo que es ahora mismo. Pero si no me quejo, aunque sea un poco, no sería yo, es uno de mis rasgos característicos, eso sí, solamente dejo de quejarme cuando debería hacerlo.
En rehabilitación parece que ni exista, y mira que me hacen daño, pero no me quejo, no le veo la utilidad, y menos cuando el que está en frente de mi le faltan ambas piernas, o la mujer de mi derecha no puede mover a penas el brazo.
No creo en aquello que dicen que se debe cambiar porque hemos pasado de año. Yo cambiaré lo que considere oportuno, cuando me de la gana de hacerlo. Es así de fácil.Hay cosas que es verdad que creo que debo mejorar, pero yo decidiré que parcelas y en que momento hacerlo.
Lo de los propósitos porque se termina el año es algo que me puede. Porqué tenemos que marcarnos nuevas metas precisamente en estas fechas? Sólo entiendo la de perder peso, lógicamente en navidades nos pasamos más tiempo comiendo y bebiendo que haciendo cualquier otra cosa, que si con la familia, los amig@s, los compañeros... rara seria la persona que no empieza el año con un par de kilos más que con los que los terminó.
Yo no creo que este preciso momento sea especial para determinarse nuevos retos, mejoras personales, etc.. creo que cada uno debe elegir cuando hacer los cambios que considere necesarios.
La vida te va enseñado, te muestra diferentes caminos, tú eres el que debe escoger, aun a sabiendas que es más que probable que te equivoques, pero son con los tropiezos cuando más aprendes. Las experiencias vividas, los palos recibidos, las piedras en el camino, etc... todo te va forjando, te va ayudando a ser tú mismo.
Cuando llega un nuevo año, no me paro en pensar en lo que tengo que mejorar para el próximo, sino que me tomo un respiro para recordar todo lo sucedido en el año que se marcha. Rememoro los buenos y malos momentos, y estos últimos van siendo muchos más que los anteriores desde hace un par de años. Decido que experiencias me han servido para algo, y que puedo aprender de todo lo que hice y ha salido catastróficamente mal.
Es como ver una película, donde tú, que eres el director, decides que escenas se deberían eliminar, cuales se deben repetir, y las que dejarías como estaban.
Para lograr mejorar lo que tu quieras, se debe hacer esa retrospección... y luego pasar, de forma regular, el filtro, dejando que se cuelen solamente aquello que crees que te aportará cosas positivas, y tirando a la basura aquellas que solo te causarán dolores de cabeza. Y tener claro que cada cierto tiempo se debe tirar ese filtro y poner un nuevo, porque todo se termina dañando, atascando y ya no cumple su función.
Yo lo tengo decidido, no se si lograré mejorar en aquello que debo hacerlo, pero lo que tengo asumido, es que lo intentaré... Aumentar mi paciencia, ampliar mi sonrisa, bajar la defensa, pero sobretodo y ante todo... Cambiar el filtro más a menudo!