martes, 4 de septiembre de 2012

Siempre contigo, siempre conmigo...

Llevo semanas intentando escribir este post, y cada vez que me pongo a ello me bloqueo, pero hoy, no se porque, me siento con ganas y con fuerzas para hacerlo.

Te echo y te echaré de menos, y es así, no hay mucho más que ahondar en esa afirmación. Me sentía muy triste, y yo que no soy una persona muy sentimental, me he pasado horas y noches llorando, siendo egoísta, porque es lo que se es cuando una persona se marcha, lloras por ti, por el anhelo de no volver a tenerla contigo, de verla, hablar y reír con ella...

Han sido semanas de recordar conversaciones, emociones, situaciones muy concretas. Las noches de moros, en donde te nos reíamos por las tonterías que escuchábamos y compartíamos más de un cubata y cigarro. Lo acalorada que te pusiste la tercera vez que se te calaba el coche a la salida de la comparsa cuando fuimos a comprar ese café granizado, que terminó siendo agua cebada. Tu despedida de soltera en Benidorm, donde mi hermana y tu cuñada hicieron de go-gos en varias discotecas animando la noche con muchas risas, vestidas de conejitas a lo playboy. Tu boda, en la Catedral donde la familia y algunos amigos nos reunimos para veros comprometerse hasta el final de vuestros días. La conversaciones sobre la vida, lo que querríamos en un futuro "no muy lejano", y como imaginábamos que sería todo en unos cuantos años... Hoy lo recuerdo y alguna de estas cosas aun me sacan esa sonrisa tan especial como la tuya, y otras hacen que me acongoje.

Si hay un sitio en donde se vea la hipocresía ese es un funeral, si vieras... se nos iban los demonios a mi hermana y a mi, y sabemos el porqué no hace falta que aquí lo escriba.

Eché en falta a un sacerdote que supiera expresar con el corazón lo que de verdad sentíamos, que te conociera tan bien como algunos de los que estábamos allí, y dejara de un lado la teología más profunda, y hablara simplemente desde las entrañas.

Tu muro se llenó de comentarios, algunos dando el pésame simplemente, otros más profundos recordando historias vividas contigo. Tu madre te escribe todas las noches, yo la leo siempre, porque es una manera de hablar con las dos, una conversación muda, pero es que existen conversaciones silenciosas donde se habla de millares de cosas.

Hace un par de meses tu hermana me enseñó su nuevo tatuaje, esta vez en el dedo, y si ya me emocioné al verlo ese día, en estos instantes, estos días, semanas, me ha llegado muy profundo "siempre contigo, siempre conmigo", cuatro palabras, dos a cada lado del dedo, con un simbolismo y una carga y una fuerza que parece mentira que sean 4 palabras, y no veinte mil. Me encanta tu hermana, siempre tan original, tan genuina, sin importarle lo que digan o hagan a su alrededor, en cierta manera distintas y parecidas a la vez.

Y ya me ves aquí, la cauta como tu decías que era yo, desahogándome con unas lineas en un portal de Internet, y todo para escribir lo que todos sabemos... QUE TE ECHO Y TE ECHARÉ MUCHO DE MENOS.

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